jueves, 10 de noviembre de 2011

TOCADORES PARA HABITACIONES


Para la habitación de las mujeres, existen muchas opciones interesantes y ampulosas de tocadores con los que puede embellecer gratamente su espacio de tal forma que se sientan al acomodo y placer de su gusto personal a la hora de dedicarse tiempo a sí mismas. Estos accesorios tan populares en distintas épocas, son de los más eclécticos a la hora de manifestarse como originales, clásicos o bien lineales de acuerdo al tipo de habitación. Así es; el tipo de habitación de la dama es fundamental para elegir el tocador adecuado a su preferencia, de modo que todo rime muy naturalmente.
Existen por ejemplo para escoger aquellos tocadores de estilo colonial o monárquico, que se destacan por su amplitud de detalles tales como dibujos y gráficos especiales que engalanan sobre todo los espejos. Estos tienen también accesorios de tipo barroco que logran conjuntar de una manera muy especial las diferentes etapas del clasicismo y de los demás apartes de la historia que lograron constituir en últimas una muy buena adquisición en cuanto a las adaptación de los recursos de belleza para las damas de una manera muy directa y provocativa. Estos tocadores son bastante utilizados por jovencitas: ven romanticismo en ellos.
Están los tocadores por supuesto mucho más modernos, con líneas estructurales básicas que se logran adaptar de alguna manera u otra a la contemporaneidad de los días que corren pero más que todo al simplismo reinante, en algunos casos, que de todas maneras guarda algún grado de sofisticación. Estos son los tocadores eminentemente geométricos, de formas netamente rectangulares o cuadrados siendo los precursores de las mesitas de noche que tanto han engalanado muchas habitaciones alrededor del mundo. Son tal vez los más utilizados en el momento casi que debido a su sobriedad, pero también a la facilidad de concreción propia.
Por supuesto, no pueden faltar las combinaciones entre uno y otro estilo, como por ejemplo esos tocadores que unen lo clásico con lo moderno sobre todo por el cambio en los colores y también en algunos accesorios prominentes. Algunos más vienen en formas muy lanzadas, como por ejemplo mesas y sillas con curvas muy pronunciadas, espejos sin marco con grafías que enmarcan el gusto personal, etc. Y no dejan de ser bonitos, porque en últimas la belleza en estos accesorios va implícita con el sentimiento femenino que quiere tener un espacio apropiado y cómodo para poder mimarse como guste, efectivamente.

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